domingo, 21 de enero de 2018

NO LO VIERON VENIR




   La niebla adormecía sobre las calles de Londres. Sally y Molly habían abandonado a sus últimos clientes, en la única taberna que permanecía abierta a estas horas de la madrugada, y se dirigían a su humilde casa en el barrio de Whitechapel.
    El silencio solo era roto por el repiqueteo de sus tacones con los adoquines, pero de repente, se vieron acompañados por otros pasos que cesaban cuando ellas detenían su caminar. Molly, con la vista puesta atrás, apresuraba a Sally, presentía que algo horrible iba a suceder. El ruido de sus zapatos se hizo más presuroso, más rápido. Sus miradas aterrorizadas no dejaban de observar a sus espaldas. Entonces surgió de entre la bruma y ya solo se escucharon unos gritos sordos y el silencio.
   A la mañana siguiente en las páginas de sucesos del Times apareció el siguiente titular: “Dos prostitutas muertas, en el barrio de Whitechapel, arrolladas por un carruaje, no lo vieron venir.”


Fotografía: Carl Stormen

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