sábado, 4 de noviembre de 2017

COITUS INTERRUPTUS



    El picadero, así llamábamos, mi hermano y yo, al descampado que había detrás del colegio. Era nuestra distracción sabatina. Al atardecer los coches llegaban, aparcaban y comenzaba ese rítmico bamboleo. Si el vehículo era un “Citroën Dos Caballos” aquello se convertía en un espectáculo.

    Lo que más nos divertía era acercarnos sigilosamente y dar un golpe seco en la chapa. Bruscamente cesaba el movimiento y veíamos asomarse por las ventanillas sus rostros sudorosos. Siempre salíamos corriendo. Excepto aquella tarde cuando los ojos que se asomaron tras el cristal fueron los de mamá y aquel no era el coche de papá. 

(relato enviado al programa de RNE4 - Wonderland blog.rtve.es/wonderland/ 28-10-17 - Finalista)



5 comentarios:

  1. Gracias, David, por tu comentario. Tienes razón.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Un inicio desenfadado y simpático, que me ha hecho sonreír, para llevarnos a un desenlace muy sorpresivo. Ya dicen aquello de que la curiosidad mató al gato.
    Muy bueno!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Josep, muchas gracias por tu comentario. Sorpresa final, un juego que tal vez ya no jugarán más.
      Un abrazo.

      Eliminar