domingo, 8 de octubre de 2017

TODO ACABA DONDE EMPEZÓ


   Tras aquella apasionada noche de amor, me desconcertó que no quisiera desayunar en la cama.

   Allí, en la mesa, frente a frente, yo no podía dejar de mirarla. Mi mente era una cafetera exprés. El modo cómo acariciaba la tostada con la mantequilla, arriba, abajo. Cómo exprimía la naranja, apretándola entre sus manos, sacando todo de ella. La manera de mojar el bizcocho en la taza y así, goteando, introducirlo en su boca, al tiempo que cerraba sus ojos. Yo no podía probar bocado, pero cada vez, tenía más hambre, más apetito… Cuando al fin bebió el último sorbo de café y aquella gota comenzó a deslizarse lentamente por su cuello camino de sus senos, no lo pude resistir más y le dije: 

   —Si has acabado, ¡vamos a la cama! 



2 comentarios:

  1. Dicen que la belleza está en los ojos del que mira y yo diría, a juzgar por tu micro, que podría decirse otro tanto de la sensualidad :)

    Un micro muy sugerente, Javier, me ha gustado mucho.

    ¡Un abrazo!

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, Julia, por tu visita y tu comentario.
      Un abrazo.

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