Amanece y, apenas el primer rayo de luz baña tu piel, mis ojos acarician tu espalda. Mis manos emprenden el camino que mi boca dibuja a besos sobre tus brazos. Siento como te estremeces. Tus piernas bailan junto a las mías al ritmo pausado de la brisa, que juega con los visillos de la ventana. Escucho tu respiración, el latido de tu corazón y el vaivén de las olas del mar, que anuncian tempestad y calma en nuestro despertar.
Cada mañana pierdo mi cabeza contigo, ya que no puedo dejar de sentir locura de amor por ti.
(microrrelato publicado en www.cincopalabras.com 2ª semana Agosto/17)
Bonito despertar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Rafael.
EliminarUn abrazo.