Mi destino es vivir entre las sombras, no sé si por timidez o porque me siento inferior a los demás.
Todo lo que deseo se esfuma entre mis manos, nada es real, todo es efímero y producto de mi imaginación.
Creí tener un perro, que me acompañaba a todas partes, incluso lo oía ladrar, pero como siempre todo era una simple sombra.
Hasta mi amor por ti es solo platónico, pero siempre, aunque tú no te des cuenta, logro besarte entre las sombras.
El mundo de las sombras no es tan malo. Espléndido relato, Javier. Bienvenido al lado oscuro de la vida. 😏
ResponderEliminarGracias por tu visita Patricia, sí uno poco a poco descubre que el lado oscuro es el mejor iluminado y donde se ven las cosas con mayor claridad.
EliminarBesos.
Buenísimo !! Javier me encantó ...
ResponderEliminarFelicidades !!
Karina muchas gracias por tu visita, y me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.